En este momento escuchas la Sonata para dos pianos en Re mayor (o
K448), compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart en 1781, cuando tenía sólo 25
años. Esta rápida y alegre melodía fue compuesta para que Mozart la
interpretara junto a la pianista Josephine von Aurnhammer.
La obra K448 no es popular. No es la más conocida entre los amantes de
la música clásica ni la más destacable (excepto por ser la única sonata para
dos pianos que compuso). Pero esta pieza es popular entre un grupo de
profesionales poco conocidos por su oído musical: los neurocientíficos.
En 1993 un equipo dirigido por Frances H. Rauscher publicó unos
extraños resultados en la revista Nature. Idearon un experimento en el cual
mandaban a diferentes voluntarios realizar tests de inteligencia espacial (esa
que usamos para saber aparcar un coche sin chocar, o imaginar objetos con otras
perspectivas).
Media hora antes del examen a un grupo de voluntarios se le ponían los
20 minutos de la sonata K448 de Mozart (que estás escuchando en este momento y
fue elegida al azar), mientras que uno de los otros dos grupos realizaba
técnicas de relajación, y el último grupo simplemente esperaba en silencio.
La sorpresa vino cuando los voluntarios que habían escuchado a Mozart
sacaron mejores resultados en el test que los voluntarios de los otros dos
grupos. Este estudio fue la primera prueba sobre la posibilidad de mejorar
nuestras habilidades mentales con la música, y al fenómeno se le llamo efecto
Mozart.
¿Existe realmente el efecto Mozart?
En los años siguientes varios laboratorios de todo el mundo trataron de
repetir el experimento para comprobar si el efecto existía o era pura
coincidencia, otros grupos daban por hecho que el efecto Mozart debía existir y
que quizá pudiera afectar a otros procesos cerebrales, e hicieron nuevos
experimentos para comprobar si la música afecta a la memoria o los mecanismos
de atención de los voluntarios.
Mientras, el doctor Rauscher formulaba hipótesis sobre por qué se
producía este efecto, y escribía libros para el público general que fueron muy
aceptados en su momento. Con la salida de varios libros sobre el efecto Mozart,
miles de entendidos del mundo de la música clásica aprovechaban para pregonar
sus beneficios a los cuatro vientos.
Pero la ciencia siempre es inestable, y hacen falta años de
experimentos para confirmar los nuevos descubrimientos. Antes de que empieces a
pensar en reproducir esta canción mientras aparcas tu coche, debes sabes algo:
el efecto Mozart, tal y como esta descrito, no existe. Ningún laboratorio logró
repetir el experimento de Rauscher.
Eso no quiere decir que Rauscher hiciera trampa, sino que probablemente
fue casualidad que viera este efecto, y si hubiera repetido él mismo los
experimentos tampoco habría visto nada. La mayoría de experimentos buscando
otros efectos de la pieza K448 tampoco dieron ningún resultado. Parece que el
efecto Mozart estaba condenado a desaparecer… pero no.
Porque, y hay varios estudios que lo confirman, la canción que escuchas
en este momento es capaz de evitar los ataques epilépticos.
La sonata antiepiléptica
El equipo de Rei-Cheng Yang ha dedicado los últimos años a descubrir el
alcance que tiene el efecto Mozart en la epilepsia. En 2010 publicaron los
resultados de un experimento en el cual sometían a 58 niños con diferentes
tipos de epilepsia a sesiones de escucha de Mozart, comprobando que el número
de crisis epilépticas y la duración de las mismas disminuían durante y después
de la pieza musical.
En los últimos años se han realizado estudios clínicos más serios para
demostrar este fenómeno, y se ha visto que funciona también en modelos animales
con epilepsia.
Esto NO significa que sea la cura contra la epilepsia, sino que es
capaz de disminuir el número de crisis en ciertos tipos de epilepsia. De hecho,
los medicamentos antiepilépticos son mucho más eficaces que esta melodía, pero
la pieza K448 tiene tan pocos efectos secundarios y es tan fácil de suministrar
que merece la pena probar su efecto.
Hay dos misterios que varios grupos de científicos tratan de resolver
en la actualidad: ¿Por qué esta melodía y no otra? Se ha probado con otras
piezas de Mozart y con otros autores clásicos, pero la K448 es la pieza produce
un efecto terapéutico mayor (y eso que fue escogida al azar en un principio).
Se cree que esta melodía tiene los patrones musicales concretos para
disminuir las crisis, aunque no se sabe exactamente por qué. Otra pieza musical
que provoca un efecto similar es una obra moderna del compositor griego Yanni
llamada Acroyali/Standing In Motion, y que tiene una partitura similar a K448
en términos generales.
Ya se empieza a buscar una explicación sobre el efecto antiepiléptico
de esta canción. Algunos autores piensan que K448 es capaz de cambiar de una
manera sutil las conexiones de nuestra corteza, inhibiendo la propagación de la
señal epiléptica por nuestro cerebro. Esta frase parece muy sofisticada pero no
lo es tanto: cada vez que estudias, lees algo, ves las noticias, etc. en tu
cerebro se modifican algunas conexiones.
Otra explicación que se ha extendido es la relajación que puede
producir esta pieza musical. Sí que está demostrado que la música clásica es
capaz de relajarnos y disminuir nuestro estado de alerta.
En determinadas epilepsias, los ataques son más frecuentes con el
estrés, y recordemos que los ensayos clínicos que han confirmado el efecto son
hechos en niños. Niños con un juego de ventosas en la cabeza en un hospital
extraño. Quizá la K448 les ayude a desconectar y relajarse durante el
experimento.
El artículo termina pero la música continua,
aprovecha la oportunidad y desconecta del mundo mientras escuchas el resto. ¿No
crees que podrías aparcar un coche ahora?.
Mozart - Sonata for
Two Pianos in D, K. 448 [complete]-24.17 minutos
Publicado el 26 oct.
2011
The Sonata for Two
Pianos in D major, K. 448 is a piano work composed in 1781 by Wolfgang Amadeus
Mozart, at 25 years of age. It is written in strict sonata-allegro form, with
three movements. The sonata was composed for a performance he would give with
fellow pianist Josephine von Aurnhammer. Mozart composed this in the galant
style, with interlocking melodies and simultaneous cadences. This is one of his
only formal compositions written exclusively for two pianos. This sonata was
also used in the scientific study that tested the theory of the Mozart Effect,
suggesting that classical music increases brain activity more positively than
other kinds of music. The sonata is written in three movements,
1. Allegro con spirito
2. Andante
and 3. Molto Allegro.
The first movement
begins in D major, and sets the tonal center with a strong introduction. The
two pianos divide the main melody for the exposition, and when the theme is
presented both play it simultaneously. Mozart spends little time in the
development introducing a new theme unlike most sonata forms, and begins the
recapitulation, repeating the first theme.
The entire second
movement is played Andante, in a very relaxed pace. The melody is played with
both pianos, but there is no strong climax in this movement. It is written in a
strict ABA form. Molto Allegro begins with a galloping theme. The cadences used
in this movement are similar to those in Mozart's Rondo alla Turca.
According to the
British Epilepsy Organization, research has suggested that Mozart's K 448 can
have the "Mozart effect", in that listening to the piano sonata
improved spatial reasoning skills and reduce the number of seizures in people
with epilepsy.
Apart from another
Mozart Concerto, K 488, only one other piece of music has been found to have a
similar effect, a song by the Greek composer Yanni, entitled
"Acroyali/Standing In Motion", which is featured on his album Yanni
Live at the Acropolis. It was determined to have the "Mozart effect",
by the Journal of the Royal Society of Medicine because it was similar to
Mozart's K 448 in tempo, structure, melodic and harmonic consonance and
predictability.
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FREE .mp3 and .wav
files of all Mozart's music at: http://www.mozart-archiv.de/
FREE sheet music scores
of any Mozart piece at: http://dme.mozarteum.at/DME/nma/start...
ALSO check out these
cool sites: http://musopen.org/
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Mozart -Piano concerto
no 21 - Elvira Madigan- 5.52 MIN
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Claro de Luna –
Beethoven- 6-11 MIN
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CLARO DE LUNA DEBUSY- 4.56 MIN
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Historia de Amor – Beethoven-2.59 MIN
http://www.youtube.com/watch?v=mGQLXRTl3Z0&feature=share
Mischa Maisky plays Bach Cello Suite No.1 in G (full) - 18.28 MIN
1. Prelude - 0:00
2. Allermande - 2:45
3. Courante - 7:09
4. Sarabande - 9:47
5. Menuet I / II - 13:41
6. Gigue - 17:38
Unitel 1993
Mischa Maisky plays Bach Cello Suite No.1 in G (full) - 18.28 MIN
1. Prelude - 0:00
2. Allermande - 2:45
3. Courante - 7:09
4. Sarabande - 9:47
5. Menuet I / II - 13:41
6. Gigue - 17:38
Unitel 1993
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https://www.youtube.com/watch?v=AXisaAn2ALE
https://youtu.be/AXisaAn2ALE
Pianist: Daniel Barenboim
https://www.youtube.com/watch?v=AXisaAn2ALE
https://youtu.be/AXisaAn2ALE
Pianist: Daniel Barenboim
Beethoven: Sonata No.8, Op.13 'Pathetique' - Adagio
cantábile-5.54 min
Hermosa
versión., virtuoso del piano
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Horowitz Live in Vienna
(1987).avi- piano- 90 minutos
Hoorwitz virtuoso el piano a los 80 años
Inicia Mozart- Rondo in D major K.485
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J. S. Bach Variaciones
Goldberg (BWV 988) Glenn Gould (1981)-47.19 min
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Glenn Gould plays Bach-3 min
Entrega absoluta estado de trance al tocar el piano de su casa
Extracts
from "The art of Piano" documentary show Glenn Gould playing
J.S.Bach's Partita #2
Glenn Gould, uno de los grandes pianistas de la historia, era un
hombre peculiar que vivía de manera verdaderamente única la música. Se dice que
de niño no lloraba; en vez de eso, tarareaba. No solía practicar; simplemente
preparaba sus conciertos mentalmente, tocando con dedos imaginarios.
En este video recuperado por Robert Krulwich para su
extraordinario blog en el sitio de NPR, podemos entrometernos al mundo de
Gould. Como dice Krulwich esta intrusión, observar a Gould ante su piano en su
casa, es algo como ver “a Michael Jordan jugando baloncesto o a Etta James
cantando blues; hay una concentración, un zoom que es tan profundo que se
siente especial, como una forma de éxtasis”. En ocasiones el Funkelin se
enciende, el cuerpo se deja poseer por la musa en movimiento; esto le ocurre a
Gould tocando una fuga de Bach. En el minuto 1:57 podemos ver cómo Gould deja
de tocar y va a la ventana, mientras sigue la música con su voz baritona –y
regresa en un estado de trance
Este estado es lo que Mihaly Csikszentmihalyi llamó el
“estado de fluidez” (a veces conocido como “flow”). Krulwich relata el caso
descrito por Csikszentmihalyi, de un cirujano que no se dio cuenta de que
estaba colapsando el techo mientras operaba debido al alto nivel de
concentración en el que trabajaba. El neurocientífico Daniel Levitin
describe el “flow” como la fusión de “la acción y la atención”, un completo
involucramiento en lo que se hace, hasta el punto de que “lo que piensas se
convierte en lo que haces”, y “el tiempo desaparece” e incluso la
identidad se diluye en el “maravilloso éxtasis de una actividad”. De nuevo
Krulwich:
Es un misterio cómo llegamos ahí. Entra la dopamina y la
noradrenalina: se suprime el hambre y el deseo sexual… estás libre para jugar
de forma profunda con asociaciones en el flujo de la conciencia; estas liberado
químicamente y puedes expandirte ampliamente. Sí, realmente no sabes quién eres
o qué esta pasando; pero el solo hecho de que está pasando es una de las experiencias más
maravillosas. Cuando veo a Glenn Gould caminando de regreso a su piano, llevado
ahí por una fuga del siglo XVIII, veo un hombre transportado, un hombre que se
ha hallado, un hombre en un estado de gracia. Si existe el cielo, Glenn Gould
está muy cerca en ese momento.
Quizás Gould prueba el éxtasis divino reservado para el artista,
algo equivalente a lo que le sucede al hombre religioso cuando entra en un
estado de kundalini. Una forma de posesión divina en la que el cuerpo es un
diáfano vehículo para el espíritu: una descarga numinosa que recorre todo el
cuerpo (lo utiliza para comunicar lo inefable).
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