jueves, 12 de mayo de 2016

LIBERTAD-MUJER




 ‘Brindemos por las locas,
 por las rebeldes, por las inadaptadas
por las alborotadoras, por las que no encajan,
 por las que ven las cosas de una manera diferente.
 No les gustan las reglas y no respetan el status-quo.
 Las puedes citar, no estar de acuerdo con ellas,
 glorificarlas o vilipendiarlas.
 Pero lo que no puedes hacer es ignorarlas.
 Porque cambian las cosas.
 Empujan adelante la raza humana.
 Mientras algunos las vean como locas,
 nosotros vemos el genio.
 Porque las mujeres que se creen tan locas
 como para pensar que pueden cambiar el mundo
 son las que lo hacen.’
.
Jack Kerouac   (1922 – 1969)





 
 
‘Nadie puede hacerte libre
 sino tú misma.
 Te verás una y otra vez
 en situaciones casi imposibles.
 Intentarán una y otra vez
 por medio de subterfugios,
 engaños o por la fuerza
 que renuncies, te des por vencido
 y/o mueras lentamente por dentro.
 
Nadie puede liberarte sino tú misma.
Y será muy fácil desfallecer, pero muy fácil,
 pero no desfallezcas, no, no.
 Limítate a mirarlos, escucharlos.
 ¿Quieres ser así?
 ¿Un ser sin cara, sin mente, sin corazón?
 ¿Quieres experimentar
 la muerte antes de la muerte?
 
Nadie puede liberarte sino tú misma
 y mereces ser libre.
 No es una guerra fácil de ganar
 pero si algo merece la pena ganar, es esto.
 
Piénsalo.
Piensa liberarte tú misma.
Tu parte interior,
 la parte de tus entrañas,
 tu parte mágica y ebria. Sálvala.
 
 No te unas a los muertos de espíritu.
mantente con buen talante y garbo
 y al cabo, si fuera necesario,
 apuesta tu vida en plena refriega.
 Al carajo las probabilidades,
al carajo  el precio.
 
Nadie puede darte la libertad
 sino  tú misma.
 ¡Hazlo! ¡libérate!
 Entonces sabrás exactamente
de qué hablo’.
 
 Charles Bukowski (adaptación).


















































































 














 





 























































He decidido vivir en el paraíso,

No sé que será pero supongo que es un lugar

donde se la pasa uno muy bien.

Sin preocupaciones ni sentimientos de culpa,

sin expectativas  ni remordimientos.

Donde  simplemente  se hace  lo que  hay que hacer,

las preocupaciones  se convierten   en ocupaciones

y  se disfruta   lo que  toca vivir día a día.

Con una sonrisa,  se brinda con vino, si lo hay.
.
Y  se agradece profundamente  el  poder respirar,

tener vida, casa, comida y abrigo,

sintiéndose en comunión con todo lo que existe.


















































































































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